- El jueves 21 de septiembre a las 3:00 p.m., se hará apertura de la nueva exposición temporal del Museo de la Independencia Casa del Florero, “Rituales de la ausencia: tres relatos funerarios en Colombia”.
- La muestra explora la diversidad de los ritos funerarios en Colombia a través de tres relatos, uno de los tiempos de la independencia, uno del pueblo Misak y otro de las comunidades afro del Pacífico.
- Cada relato representa una forma única de conocer, conservar y divulgar el patrimonio material e inmaterial de la nación relacionado con la muerte.
A lo largo de la historia, en el territorio colombiano han coexistido múltiples perspectivas y formas de entender la muerte. Cada sociedad y comunidad, según sus creencias, contextos y valores, ha construido una interpretación diferente sobre el morir.
La ausencia, la pérdida y la separación que implican la muerte para un individuo o una comunidad, han dado lugar a la creación de diversas formas de ritualización, cuyas funciones han estado orientadas a aliviar la sensación de dolor y de angustia de los que sobreviven, además de animar y restablecer el orden social. Así, los ritos mortuorios han buscado asimilar lo inevitable y aleatorio de la existencia humana.
Estos rituales suelen ser, en algunas ocasiones, celebraciones públicas con cantos y rezos; o se materializan también en objetos simbólicos de remembranza íntima y personal. Además, pueden representarse en procesos de intervención y limpieza espiritual. Tres relatos diferentes que se aprecian en los capítulos de la exposición:
1. Urnas de añoranza: Hacia el siglo XIX, olvidar a los difuntos se consideraba algo inaceptable e intolerable. A partir de esa visión surgió el deseo de aferrarse a la memoria del fallecido mediante la conservación de retratos, objetos e incluso, de restos físicos. De esta manera, elementos imperecederos como el cabello se convirtieron en un soporte del recuerdo, un símbolo íntimo de añoranza y de presencia tangible del ausente.
2. Capturas de espíritu: Para la comunidad del resguardo de Guambía, también conocidos como Misak, las personas tienen dos almas (misig y pirrmisig), y tras el fallecimiento, estas pueden causar daño a otros miembros de la comunidad, como enfermedades o muertes. Es por esta razón que, cuando alguien muere, se recurre a un chamán, encargado de realizar una limpieza espiritual para proteger a su comunidad de posibles peligros.
3. Cánticos del adiós: En la región del Medio San Juan, Chocó, la muerte se concibe como un tránsito doloroso hacia otra vida que se acompaña con cantos, rezos y bailes. Los cantos, conocidos como alabaos y gualíes, se remontan a la época de la esclavitud en la colonia y son un sincretismo entre la música gregoriana católica y los cantos fúnebres de ascendencia bantú.
La muestra exhibirá algunas piezas de la colección del Museo, material audiovisual del Archivo de Señal Memoria, entre otros, y estará abierta hasta el mes de marzo 2024, de martes a domingo, 9:00 a.m. - 5:00 p.m.